Como el sol oculto allá en las rocas
las palabras tras tu boca de néctar.
Besabas los últimos besos,
en mis promesas de amor.
Te derramaste en mi cuerpo
como la lluvia de galernas.
Deseaba quedarme en ti,
y te alejabas por siempre.
Amabas tanto mi boca sedienta
vivías entre mis piernas.
Yo pensaba que te quedabas,
y tú cerrabas todas las puertas.
Sollozos del alma.
Caricias entrañadas.
Bocas de besos.
Gritos mudos.
Yo, eterna en tu cuerpo,
tú efímero en el tiempo.
Palabras sin dueño,
silencio de ellas.
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