domingo, 25 de diciembre de 2016

Mares de luz




Entre mis huesos recala el marismo
como las olas en la playa. 
La soledad es una oda oceánida
que ventisca los silencios del mundo.

Engullo las caricias de mi piel
despojada de recuerdos vanos, 
de gemidos y también lamentos.

Te beso como los faros a los barcos, 
te embriago en el circulo errante 
donde el tiempo existe en la luz.

Despunta el alba, 
las luces puntuales 
se retirarán de los mares.

Y yo con él 
centinela circulante de la noche,
apareo mis mares de luz.


sábado, 17 de diciembre de 2016

Repartida entre los faros




También la vida gira errante de luces
cuando amanecen mis días apagados.
Mi cuerpo es un descarado lupanar
de culturas mansas que hieren el alma.

Camino alejada de las almas atadas
a los miedos y los deseos ufanos.
Me volqué a los abismos del viento
donde el silencio grita ausente de voces.

Mi cuerpo es un resuelto ir y venir
feliz sin almas pagadas con soledad.
Osada de felicidad, mi piel ríe 
a solas con mis propias caricias.

Me reparto entre todos los faros 
donde mis pasos hormonales viven.
Soy mujer y animal, de luces errantes.
De labios que besan sin rostros.

Habito los faroles del mar, 
salada como las sirenas, tan libre
tan libre que las voces del mundo 
son mi túnel de la muerte.

Tan ingrávida en el mundo, tan libre, 
tan libre y más libre, y más,
que soy tuya para llenarme de vida.




Faro de Lariño (Costa da Morte), uno de mis preferidos.