viernes, 25 de diciembre de 2015

A lo lejos, tan cerca.



Llegas recogiendo todos mis faros volcados.
Habitando los deseos soñados.
Traes todos los versos que no terminé. 

Miras dentro de mí, abrazas mi desnudo,
mis vértigos vacíos, mis palabras. 
Eres el sol de la playa que espera amanecer.

Entre tus besos, los caminos se enredan 
el mundo gira y vuelve a ti 
como mis pasos recorren el silencio.

Yo te grito callada desde mis verdades.


martes, 22 de diciembre de 2015

Como caminar al faro, camino en tu piel





El mundo recorre mis sueños, como los vientos
arañan las playas en el norte, con sus dedos
entraman los días grises con su lluvia suave.

El camino hasta el faro lleno de historias
que mi fantasía recorre en las madrugadas 
cuando ya te imaginaba, te acercabas a mí.

Como el haz del faro, tus manos ya me soñaban
como el haz del faro caían tus dedos
como la luz sobre el mar de madrugada.

Me repartí entre los senderos de bosques
sin los miedos de la soledad ni del pasado.
El mundo era mi hogar, con todos sus faros.

Despojados las torres de historias. 
Algunos insultaron al mundo escondidos
en el remolino a la luz, el faro no llora ...

Pero tú, apagas todos esos faros, 
casi caigo al abismo de los pasos
apagas las luces porque traes el sol.

En tus besos, soy libre para volar
libre de las historias sin oxígeno
de los faros y sus vigías ocultos.

Cuando te abrazo, desbocas mis pasos.
Cuando te beso, me repartes al mundo.
El mundo se hace pequeño al besar tu boca.







domingo, 20 de diciembre de 2015

Momentos primeros




Deshago las luces del faro entre mi boca, 
te beso libre de la soledad de mis noches.
El mar trae la levedad de todas la veces
que amé así, sin mundo, sin razón, loca.

 La noche oculta en una concha hueca, 
trae mis susurros entre sus oquedades.
Deleidad maravillada de todas la veces
errantes tus labios fueron en las sendas.

Desnudo mi faro preferido sin nombre,
profano la verdad solemne del tiempo
los momentos escapan de los hombres

Libero las luces vanas de tu abismo
acerco mi boca, profundos manantiales
de sueños libres, descarados del tiempo.





EL PUENTE DE TIBERIO. Latitudes en tu piel




La historia de una mujer contada por un psicoanalista que casualmente encuentra el diario de una "caminante de faros", una mujer que consigue obsesionar al médico especialista en ayudar a encontrar la paz de sus pacientes. Durante la lectura de esas hojas llenas de singulares palabras, descubre que su vida se queda enganchada a la brújula de Ángela..., ambos recorren los pasos del diario en busca de respuestas, aunque a diferentes tiempos...



Fragmentos. 
Capítulo El puente de Tiberio
Libro
Latitudes en tu Piel 
(2ª parte de La Galerna del Sur)

(...)

El diario de viajes de Ángela, ese era su nombre,  Ángela o luzbel; así llamaba ella a ese cuaderno usado y algo sucio de cualquier viajante de caminos terrosos y de pueblos pequeños, también de ciudades donde iniciaba o terminaba sus travesías. Esas ciudades eran la puerta donde se limpiaba de la sociedad antes de comenzar, o al terminar sus caminos, camaleónicamente adquiría los vestidos de una sociedad que la obligaba a ser una valkiria urbana. (...)


(...)

A veces me pregunto cómo pudo extraviar semejante documento, hojas garabateadas con palabras sacadas de los árboles; aquel cuaderno era una piedra de bolsillo, un limbo sin grabar de la brújula de Ángela, faros a destajo, arena de un reloj absorto en la propia mirada de una mujer que se disfrazaba de niña al escuchar el tic tac de su corazón. ¿Cómo pudo, cómo? (...)

(...)

Aquella frase me traía una mujer con tantos sueños que llenaron mis noches de lecturas, verdaderos episodios de pasión infinita, más infinita que el vasto universo definido en los libros de astronomía. (...)




Autora Lola Padilla Oliva




martes, 15 de diciembre de 2015

Y lo busco a él ...


Me sacudo las luces de los hombres.
Pesadilla sintética, el hombre solvente
enreda sus manos entre mis pasos.

El aire no cabe en mis senos
insultante libertad.
Entre luces que chirrían. 

Corro de la fiebre de mis piernas.
Camino de luces en el cielo.
Ya llego a ti, amante absorta.

Giras en la luz negra del espanto.
Abrazo torcido de vida anclada.
Osados ellos con sus soledades.

Quienes te habitan te vuelcan
tristes actos romos en el tiempo. 
Osado farero, con sus fantasmas. 

Huyo de los hombres y sus luces.
Puntual el faro canta la vida.
Espejo donde me desnudo cada noche. 

lunes, 14 de diciembre de 2015

Puertas a la nada





El lamento es una cárcel sin puerta.
Los desiertos diáfanos al olvido 
cuidan su norte tras la montaña.
Entre los áridos caminos, 
mis pasos beben otra libertad.
Diezmado límite entre mi mundo 
alejado del tuyo cuanto más cerca.
El ímpetu de mis caderas 
amplio cercado de mundos raídos.
El amanecer gris esconde el otoño, 
otoño rojo tras mis labios de carmín.


martes, 8 de diciembre de 2015

Paraíso mediterráneo.




Entre los azules matices del mar, 
en la canción del sol sobre la piel.
Jugando a los juegos de una niña
olvidada de crecer.
Entre los verdes secos caídos a la mar
desde sus campos verticales.
En los cielos claros 
las gaviotas y los mirlos 
ríen en los cañaverales de la playa.
Entre las tardes púrpuras
se esconde el sol desde las montañas. 
El mar se queda azul cobalto
mi corazón se cultiva entre la arena.
Los faros de mi memoria te esperan.
Las manos de la luna anudan mis sueños.
De plata los deseos de besarte.
De seda los abrazos de mi piel
te esperan.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Esos otros desiertos ..., desiertos de multitud




Entre la humanidad encuentro otras luces
llenando las oquedades de otros cuerpos.
Entre la soledad de las almas otros faros 
parecen fantasmas vagar en los tiempos.

Horizonte prolijo de sonrisas y voces
donde mis sueños se quedan vanos.
Dentellada de mi mundo como lobos
buscando los huesos entre el bosque.

Te sueño a ti en la soledad de mi cuerpo. 
En el viento viajan las caricias 
precioso limbo de mi mapa a tu piel.

Llega la noche sin luz, mi deseo ebrio.
Todos los faros de mi cuerpo habitas
con todas tus luces, luces de miel. 

sábado, 28 de noviembre de 2015

Desiertos de recuerdos III





Arrastro todas las noches vacías 
los nombres de formas olvidadas,
las siestas ufanas del amor liadas
todas las voces del deseo ebrias. 

Llegan las noches sin luz de día
las lejanías sin mundo ofuscadas.
Las memorias respiran rodadas
entre miedos que yo no sabía.

Los deseos caen como en otoño
las hojas pierden el sollozo.
Miradas ausentes ya de color.

 En los confines mi alma queda, 
sin techo, sin que ella pueda
darte de mis senos el vigor.







martes, 24 de noviembre de 2015

Desiertos de agua II




Me sumerjo en las aguas de tus pensamientos, 
entre los anhelos apartados de luz ciega.
Entras en mi vida como la lluvia en la tierra,
absorta mi mirada, estás entre todos mis sueños.

Inundas pesadillas despiertas, pulsos arrebatados
pierdo todos los sentidos de la noche dormida.
Me baño desnuda en el mar de tu vida pasada, 
ahora tus recuerdos, hermosos pasados.

Eres como la tormenta antes de la calma
me elevas a lo más lejano del abismo, 
y me repartes ante el mundo entregada.

Cubres cada hueco escondido en mi cuerpo, 
como las olas entran en las rocas.
Bebes de mis labios todos los olvidos.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Desiertos en el mar I





Como bocas torcidas los árboles viejos
deambulo entre ellos en mi soledad sonora, 
 camino entre los pasillos de la dulce Pandora
sin buscar nada fuera del mundo de mis poros.

Mi cuerpo es un mapa de verdades y tiempos, 
de latitudes finitas y oquedades sin ropas.
De marcas sin tocar y ciudades sin asientos, 
mi cuerpo no tiene dueño ni otras vidas.

Llego a tu desierto exuberante de magnolias.
Entre los arruinados huecos oreo mi silencio
y mi grito incesante de aquello que sueñas.

No puedo poblar en los agaves de tu cuerpo
si puedes beber de mis senos las aguas.
Si puedes recordarte deseoso de mí, ebrio.


Hinojos en el faro





Te sigo buscando en los confines,
a lo lejos viven quienes aman la soledad.
Limpio las luces de vidas pendientes.
Trémulos mis pasos llegan con lo vivaz
de mis ojos ciegos y mis poros latentes.

En los faros, las historias de fareros
habitan entre el espanto del tiempo.
Los momentos quiebran sus delirios
enajenaciones de otro mundo bello
sueltan el amarre de todos sus sueños.

Yo quiero el viejo faro sin farero.
sin camino donde llamar al entrar.
La soledad de sus rincones ciegos, 
el silencio abandonado para habitar
entre sus grietas de piedra y los hinojos.












domingo, 15 de noviembre de 2015

La madre de todos los miedos




Traigo todos los vientos callados.
Soy el éxodo de mi propia realidad.
Te llevo al rincón más abierto
donde las brújulas insultan al mundo
en su caminar hacia el ocaso.
Tus manos giran como el faro 
gira entre la noche y tu recuerdos, 
giran perdidas ante el roce 
de todos mis poros de sal.
Te traigo ante mis pasos 
sobre los cabos más alejados, 
torcidos al abismos en busca 
de la nada y de todo.
Habitas en la ternura silenciada, 
entre mi voraz pasión por saberte.
Traigo todos los vientos amainados, 
cuando todavía no "sabíamos"
o sí,
 que eramos reales. 

Un filo de doble alma





"Allí donde nadie podría juzgarte.
En medio de esa inmensidad desocupada.
(...)
Anónimo



No pueden mis pasos seguir hasta tu mundo.
Se desprende mi camino
hacía la inmensidad desierta.
Se ancla en medio del mar sin barcos
ni náufragos.
Tu bandera es transparente como el aire
perteneces al mundo y al tiempo.
Eres el mensaje de mi botella 
que navega desde mis sueños.
Llego a la luz de tus noches, 
fuera, el faro gira puntual en el tiempo.
Buscas la ventana a la luz de estrellas.
Arropas mi noche buscando 
entre los armarios donde no cabe nada.
Te entrego el mapa de mi cuerpo
señalas tus momentos resueltos.
"Eres libre" me dicen tus ojos, 
y tus manos atrapan la vertical caída
de  mi cuerpo a tu piel.
Mi soledad se cae en tu susurro. 
El faro gira puntual en el tiempo.

(...)
"Sin sospechar siquiera
que tu soledad sería
un filo de doble alma."

Anónimo


domingo, 8 de noviembre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Ausentes de luz.





A veces los recuerdos afloran entre espectros,
ausentes como en la noche ciega sin las estrellas.
Como una playa del mediterráneo sin niños, 
observo mi vida en algunos de sus rincones.

Sin luces entre las miradas de aquellas almas, 
sin suspiros por donde respirar los miedos.
Todo parece tan denso de aquellas palabras,
sonidos sin ritmo, sin tono humano, sin amor.

Hoy el es día del ocaso infinito, sin las luces 
entre los árboles viven las bocas abiertas. 
Los sonidos mudos del miedo, sin sus voces,
habitan las gargantas entre la tierra húmeda.

Sin colores las flores del camino, sin vigor 
parecieran los espejos de todos mis recuerdos.
Ni el verde, ni el rojo, ni el azul, ni su olor, 
el día es un letargo, una aurora confusa.

En medio de todos los campos, cerca del mar
la tierra quiere limpiar mi cuerpo sin alma.
Apaga sus luces, se enreda con mi oscuridad, 
la sacude de miedos, la llena toda de colores.



"Hay días en los que amanece sin el sol, todo alrededor parece recordar que el ser humano también tiene lugares donde nunca amanece. Momentos acoplados entre los recuerdos donde la frustración es tan grande que no hay opción de salir airoso de ellos. Nada como un lugar entre la naturaleza para sentir que somos parte de ella, que si así lo deseo, las puertas de mi cuerpo se abren para sanear aquello que no debe estar ahí, el mundo parece que se queda con mi lamento, él tiene el poder de transformar todo. Hay días de mi camino hacía el faro, que se hacen una continúa confesión de sombras"


jueves, 5 de noviembre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Repartida en el día.







Los minutos, el viento, el sol, caminan incesantes.
Lo humano queda atrás, entre la noche anterior
en el cansancio y el olvido, un pasado perdedor,
Enmarañado el pasado y los sueños rutilantes.

Huele a tierra seca, como todo lo vivido antes.
Entre las huellas de otros pasos vive otro rumor,
otras vidas repartidas entre mi norte soñador.
Reparto entre los árboles, recuerdos colgantes.

Habito el día, el silencio me grita los silencios.
El día se reparte sin pensamientos en las pisadas.
Soy libre cuanto más lejos, el destino sin mecerlo.

El sol enloquece mi brújula, sin luces blancas.
Escupo en la hierba con la tos de todos los tuertos.
Alejada del mar, el viento trae luces saladas.




"Cuando todo está acomodado entre el breve equipaje y las ideas oxigenadas, todo se reparte en el día y en el entorno. Los momentos parecen engancharse entre las ramas de los árboles, el monte, el acantilado huele a pino o eucalipto, a mar o a humedad, también a lo mismo huele el tiempo. El viaje comienza renovado, los momentos tienen otras medidas y otros intervalos, las piedras, los matorrales, las flores forman parte también del olor y del tiempo que me acerca a mis luces de la noche que giran ordenadas, buscando barcos y agarrando almas."




jueves, 29 de octubre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Todos mis caminos.





Las huellas de todos los caminos, me recorren
desde antes de comenzar el día, todos los lugares
donde los recuerdos como gigantes emergen.

Sorprenden al sol, traen la luz de sueños amargos,
viven en la respiración desde siempre sin ausencias.
Ruidosos entre la tierra del camino, los pasos.

Busco la luz de noches nómadas al final del día,

noches sin sonidos ni gritos sordos, errantes
como en la madrugada y su alba me guía.

Camino entre la tierra mojada y los árboles,

al lado del mar soy una niña libre, feliz.
Encerrada en mi propio silencio de voces.

Caducadas las despedidas sin conciencia.

Era feliz al despedirme, al decirte adiós.
Llegó la tarde soltando un cansancio sin guía.

Prendida en las pupilas del imaginario amor.

Buscando una luz en la noche que gira ordenada.
Termino por hoy mis pasos sola sin clamor.



"La primera jornada itinerante, discurre de un bonito modo, soltando lo que pertenece al lugar dónde inicié el viaje, con todos los sentimientos adheridos y viciados tanto de los que cohabitan conmigo, como los míos propios. Después de mediodía, vive la mujer que desea estar sola, de una descarada soledad e insultante sonrisa. Es en ese momento en el que mi viaje a pie, adquiere el mayor sentido de plenitud. Nada es bueno o malo, no existen los extremos, tan solo una sensación de pertenecer al mundo, un mundo que me hace enormemente grande y pequeña a la vez, eso al caer la tarde."

domingo, 25 de octubre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Todos los pasos me alejan.




Se van los pasos liberados de los puertos, 
escojo escollos romos a mi paso por el mar.
Los faros son barcos de gritos inciertos, 
anclados en puertos desde tierra y mar.
Las primeras horas y las primeras huellas, 
marcan el corazón de mis senos y el collar 
de perlas sin azar, de cuentas inconfesas.
Las luces blancas parecen gritar en la noche
navegan todos mis sueños, de ellos deseosas.
Miro siempre atrás lo que dejo, el reproche
no se adentra entre mi equipaje sencillo.
Los abismos son los recuerdos de anoche.
El faro respira a lo lejos, el eco bravío. 


"Ya una vez acomodado el alba en mis emociones, incluyéndome en el momento terrenal, recupero los motivos que me llevan a gritar en silencio junto al mar. Todo aquello que llena mis pulmones de un calor inmoral y de la más grande de las frustraciones, perder el tiempo. Aligero mi mente de todo equipaje insultante y el eco del Faro me llega desde lejos. Trafalgar dicen que brilla y retiene el norte en sus alrededores, un lugar para vivir..."






lunes, 19 de octubre de 2015

CUANDO TRAGALGAR SE APAGA. La mañana huele a mar.



Quiero entrar en el mar desnuda de mi cuerpo, 
viajar entre mi piel repartida sobre las rocas.

Llega la madrugada a la cueva de mi vientre, 
el sol busca la ruta de los pasos en mis pupilas.

Como las luces de los faros brillan mis poros,
los barcos hundidos hondean en mis caderas.

Se enredan mis brazos como las redes del mar,
los pasos anuncian el viaje de vidas partidas.

Sirena ciega que se baña en el océano que diviso.
Arrastro los lamentos, los escupo en el camino,
engullo los desvelos del tiempo y en ello sigo.
Elevada sobre el mar lejos de la luz me resigno,
con la soledad regalada llevo mis pasos cogidos.

El ayer me contemplaba callada y sin destino,
la noche no quiso abrigar lo sueños del insomnio.
Hoy el aire es corneta del día que llega sin vestigios.



"La primera mañana del camino, el cuerpo no ha podido dormir, aunque la imaginación ha soñado todo lo que ha podido, en mi cuaderno no puedo apuntar nada, la emoción me precipita al camino, y es cuando el amanecer, el viento frío y el olor a mar, me recuerdan que al menos yo no tengo palabras para describirlos" 
"Comienza el camino, soltando lo que no puede ser y guardando algunas piedras del sendero en los bolsillos, amuletos o fiel recuerdo de lo que allí decidí soltar o adquirir"

domingo, 18 de octubre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Señales escritas.





Llega en la tarde serena, volcando el mar que habita en sus ojos
robado al océano de tanto mirarlo en las horas y sus tiempos.

Me eleva al lugar donde nace un trozo de día errante,
me sueñan sus brazos, traen las luces de todos los faros.
Al despertar habito en la arena, mi canción quiere cantarle.

En mi trazo escrito, rincón que en el viejo faro soñase.
Rincón abierto al mundo, silenciosa nana como un instante.



"La noche antes de salir en busca de un faro, anoto los puntos que me llevarán a él y también en esas anotaciones viven la fantasía  y la pasión que mueven mis pasos"

viernes, 16 de octubre de 2015

Cuando Trafalgar se apaga. Desde todos los caminos






Para llegar al lugar donde se desea, a veces es necesario que dejemos al tiempo balizar los caminos de la fe en uno mismo; no olvidar los sueños, no abordar con impaciencia, mirar a lo lejos para poder sectorizar un trayecto y la mejor señal, disfrutar en todo momento mientras se alcanza el destino. Todo caminante que sea capaz de respetar las señales, sabe que en ocasiones la mejor manifestación de estar en el lugar adecuado nos puede situar alejados de la soledad del viento y la vereda estrecha. Aunque alejados en tiempo y espacio real del sendero, ese lugar es el primer punto de partida anotado en el cuaderno.
Una persona que llega de manera repentina a un círculo de conocidos, trayendo consigo en el mapa de su vida lugares por descubrir, lugares sin duda que al hablar de ellos se puede sentir que son los mismos anotados en mi cuaderno de rutas por hacer aunque desprovistos de espacio y de nombre propio. 

Alejados del verdadero destino, una tarde de primavera marca una nueva etapa soñada sobre un horizonte vacío,  sí, tiene la misma luz de todos los lugares recorridos, un faro, faro de Trafalgar.
Aquella tarde la pasión por esas luces del mar me alejó del mundanal ruido de la ciudad, de los datos técnicos de otros faros y de una directiva encorbatada con chaquetas algo deslucidas en algunos. No le tembló la voz al ofrecerme su lugar junto al faro para visitar Trafalgar, un verdadero icono de la cultura de faros me hablaba aquella tarde de música en el agua, ello me transportó a una dimensión más elevada, fuera de la realidad o del tiempo, como si las mismas agujas del reloj dispusieran otros minutos en nuestro instante de conversación. Trafalgar, Cádiz, océano Atlántico, un lugar alejado de mis viajes rutinarios que en aquel instante volcaban sobre mis emociones infinitas referencias de cómo comenzar mi camino a pie junto al mar. Juan Martínez, dispuso todas las luces necesarias para que pudiera alcanzar la luz de un gigante en la costa gaditana. Siempre dije que ese 21 de mayo, en los ojos de Juan vi el verdadero color del mar, unos ojos como los suyos no son sólo miradas, la magia del mar está contenida en ellos. Pero el faro más inmenso que jamás encontré, lo hallé en su corazón, lugar especial, atalaya alzada por encima de ese otro mundo. Esa tarde, él era el faro de mis caminos, anotado con toda la emoción en mi cuaderno, "en Trafalgar hay un faro, y en ese faro vivió la luz de todos los faros en forma de hombre, Juan Martínez."


jueves, 1 de octubre de 2015

Como antes de la revolución en telefonía





Hace años, alguien me dijo que los teléfonos móviles harían tantas cosas que cuando deseáramos hacer una llamada no tendríamos batería y no podríamos hacerlo. Así es, se ha convertido en nuestro libro, periódico, reloj, agenda, pc, mapa y una interminable lista. Esta noche se ha quedado sin batería y el despertador no ha sonado, no sirve, no me sirve y me niego a que facilite mi entrada al día, desde el estrés, afortunadamente no ha sido mucho tiempo, porque el que no falla es el hábito que vive en el cuerpo. 

Decido buscar un despertador que no haga tic tac, y que me asegure que sonará cada mañana sino me despierto yo antes y lo apago. 
Ahora sobre mi mesita de noche, despertador tradicional, un libro y nada más. A ello se suma que ya no me dejaré la vista consultando lo correos pendientes, mirando el facebook o simplemente haciendo una partida de apalabrados. El teléfono se ha convertido en algo imprescindible que no considera que si pongo una hora para despertarme es vital, mi despertador de la adolescencia, hasta cuando lo tiraba al suelo, leal me llamaba cada mañana para que comenzara el día con buen pie y pudiendo hacer las cosas como me gusta, con tiempo y dando gracias a Dios por amanecer un nuevo día, y no, maldiciendo con improperios a la telefonía actual. 
Pongan un despertador en su mesita de noche, y además de despertarse sin contratiempos, las noches serán más relajadas porque no tendrá ocasión de dormir entre los correos del trabajo. 

Fisterra






"Finisterre es la última sonrisa del caos del hombre asomándose al infinito" (Camilo José Cela 1916-2002)

Hace tan sólo unos meses ante esta frase de Camilo José Cela, descansaba del camino a pie hacia el Cabo de Finisterre; en compañía de mi más leal compañera de senderos, mi hija, entre las dos hemos andado parajes del norte maravillosos, hemos reído como payasas, nos hemos enfadado a consecuencia del cansancio, nos hemos sincerado, cuidado de lesiones y pequeños constipados y también nos hemos unido más. Siempre termino en el norte de camino a cualquier faro azotado por el Atlántico o por el Cantábrico, da igual mientras haya un camino donde mis pasos puedan llegar a él y de manera vehemente al verlo a lo lejos, mi hija me dice, "anda ve y corre", como siempre digo, es una cita a ciegas para mí, llegar a un faro.

Hace tan sólo unos meses pude llegar al Cabo de Finisterre, buscando su faro, un lugar donde me senté a comer con mi hija, frente a nosotros sólo el mar cantábrico y la costa gallega es su recorrido hacia el sur, por un momento trasladé los mapas físicos de la infancia que tanto me gustaba dibujar, ya entonces de niña soñaba con esa costa, una costa tan sinuosa debía esconder infinitas historias, ya de niña sentía que el norte era un lugar para mí. Bien, allí en el cabo de Finisterre, le dije a mi hija que era el momento de poner nombre a mi libro y que saliera a la luz. 

Casualmente de las 8 editoriales que consulté y sin fijarme en el nombre y su procedencia, la que más me convenció por la cercanía de sus palabras y también por el modo de trabajar, elegí la que hoy está haciendo mi sueño realidad, ...,  y se hizo la magia de las ...,  ¿meigas?, el nombre de la editorial Finis Terrae ediciones, en el norte, mi norte, el lugar donde mis pasos para unos se pierden y sólo para mí encuentran las luces de mi pasión, los faros. Sin duda un pálpito me llenó de emoción y certeza que estaba en el lugar adecuado y lo que sigue es un bonito trabajo en equipo, que además de hacer mi sueño realidad, me ayudan a depurar la técnica y evolucionar como escritora. Sin duda una editorial que por hoy queda anotada en mi cuaderno de caminos. Siempre agradecida a José Castro y su equipo por la paciencia y por saber tocar mi sueño.


domingo, 23 de agosto de 2015

La verdad de los abismos.




"... te pareces al mundo en su actitud de entrega..."
(Original de Pablo Neruda "Veinte poemas de amor y una canción desesperada)



¿Te llegó aquella mujer real?
¿Aquellos ojos que hablaban
lo que tú callabas?

¿Sientes que una mujer
no es un rechazo,
apenas un fracaso?

¿Prefieres cobijarte
en una concha hueca,
a ser libre en sus brazos?

Pudiste besar su cuerpo.
¿Y tus labios, dónde estaban?

¿Demasiado vacío por llenar, 
piel por escribir?
¿No sabes como amarla
sin poseer su vuelo?

¿No es esa la verdad
que te falta?


"... Pero cae la hora de la venganza, y te (...)"
amo..."
(Pablo Neruda)


Galerna VI





Cuando ya todos habían encontrado un lugar alejado de las fauces de la galerna, arañado las luces de todos los faros que ella había apagado en una ráfaga vehemente. Cuando no amenazaba con volver a lo alto para volver a caer como una lluvia de hielo. Cuando todos los barcos que sobrevivieron alcanzaban cualquier puerto, los que no pudieron llegar a tierra firme se agarraron a la misma fuerza encontrada en la galerna, cuando todos ya deseaban recuperar el aliento de vida alejados de ella y de sus ojos...




El gemido sabe a sal y a madrugada
quiero olvidar mi pasado inmediato,
olvidar que soy capaz de tanto dolor.
Pudor sostenido entre las noches
fiebre de insomnio sin consuelo.
Soy la piel mudada de serpiente
con todo el veneno depurado.
He roto tu acomodado presente
la ilusión de tenerme suspendida
entre los cuadros de tu vida.
Quiero sacudirme el horror 
de mi propio grito a tu nada.
Lavarme del odio de un mundo 
al que no pertenezco.
Quiero limpiarme de tus manos
y también de las mías 
cuando tocaron tus miedos.
Me quiero lejos del dolor 
que hoy veo.



Ella ya descansa alejándose con la marea del lugar donde flotan los recuerdos vanos y deslucidos. Navega sin brújula, no elige los vientos que la viajen a cualquier destino, se va entre las corrientes de unos sueños renovados, herida en su propia lid con los mundos que no cabían en el universo de sus afanados lugares de luces, aquellos faros limpios de espectros vivientes. Llenos de otros horizontes dorados, llegará a ellos suspendida entre las mareas, parecerá desfallecida entre las manos de la noche, despertará más bella y más radiante en otro horizonte con otros faros que se apagan con el sol y también sobre la arena, castillos de conchas y cristales de colores. Victoriosa la mujer recorre su cuerpo en una inquietante caricia de ternura. Feliz la niña en un faro sin rincones donde llorar.




Galerna V





Todo a su alrededor era un desbroce de almas y de momentos que comenzaban a carecer de memoria. Aquella mujer había desequilibrado su ordenado mundo para caer en su propio universo a manos llenas, aprendió a sacar de su memoria aquellas evidencias que se habían vivido de prestado. Algunos momentos se afanaban a pequeños asideros que no sostenían absolutamente nada, ella a veces podía ser tan destructiva que también había roto todos los agarraderos que la pudieran retornar a momentos pasados con las mismas personas. 



Tiembla el pulso en un instante
lo que tanto amé a la deriva.
Los momentos amarrados 
a emociones secas se quiebran.
Los ojos y sus pupilas vacías,
vacías mis manos de asideros 
para no salvar almas, 
que me aman todavía.
Todo el horizonte de gris
de maderas rotas 
de harapientos encajes.
Te amo y no te amo a ti, 
entre las aguas que hoy maldigo,
entre los abismos pasados
donde zozobraron mis senos
y mis caderas sin cobijo.
Todo es húmedo ahora 
que ya no lloro tu ausencia.
Todo huele a muerte o a dolor
a muerte en vida
a crisis resuelta.
Agujero negro vacío de colores
matices que sólo yo pinto.
Y todo está roto detrás de mis pasos
sin importarme ya,
 tu único llanto.



Era todo tan desolador a su salida del viejo mundo, era todo tan denso a la entrada de ese espacio deseado, había sido todo tan hermoso cuando lo soñó que ahora mientras observaba todo lo que allí decaía tras su arremetida de vida, no sabía cuánto devastador podía ser el sueño del pasado, lo necesario, lo clamado a los abismos, a todos los faros que la habitaron. Aquella caída no era para su ser el acto por excelencia, no la convertía en la más hermosa y más humana, para todo lo que allí se quebraba la hacía el ser más rabioso de los todos los odios, esa era ella odio a corto plazo y preciosos recuerdos para toda la vida. Así era ella para llegar a su ansiado equilibrio, antes sometía al mundo al peor de los "anticosmos"





sábado, 22 de agosto de 2015

Galerna IV




Sin vuelta atrás caían sus actos como veredictos, como la galerna se precipita tras alcanzar su momento álgido en la ola. Todos los vientos parecían adueñarse de su ímpetu, todos los anhelos la empujaban a un vacío lleno de amor por ella misma. En esa caída no había más infortunio que el no asumido por quienes creían amarla, pero siempre era un afán de posesión el que albergaba la vida de aquella mujer por quienes decían quererla.


Ingrávido mi aliento gira entorno a la nada.
Un pasado tan lejano en el espacio,
tan cercano en el tiempo.
A veces un instante alberga tantas emociones.
Estoy cayendo y no puedo verte ya.
Me precipito en mi propia risa 
también en mi llanto de dolor.



Sus voces ausentes de silencios, el mundo que la admiraba ahora la odiaba, ella había sido la brújula, el timón de muchas vidas sin resolver, ahora aquellas mismas vidas se podían mirar en el espejo de sus propios fantasmas, sin aquella mujer todo era un caos, pero con ella precipitándose todo parecían un verdadero infierno. Tanta libertad desde sus senos era un verdadero insulto al resto del mundo.


Ella cae como caen las montañas
al mar.
Ella cae como cae el propio océano
sobres sus propias aguas.
Ella cae como lo hacen los puños
de la rabia.
Ella cae como las olas lo hacen 
sobre los cabos.
Ella cae victoriosa, 
descarada, 
herida, 
colmada, 
enamorada, 
de ella misma.


lunes, 17 de agosto de 2015

GALERNA III





Encuentra su latido retenido a la espera de caer en el tiempo, cuenta los pulsados del corazón y amaña su particular reloj sin arena. Desde arriba, su momento nauseabundo sin vuelta atrás y sin poder parar más momentos que caer en un vértigo a la libertad de su feminidad.
El sol ya no asoma en el  horizonte de ella y el resto del mundo con sus vidas anudadas perfilan la altura con las bocas exalando gritos de frustración, su pasado ya no puede transformarse, la puertas a la espera de cerrar para dejar el silencio intacto.

Te miro desde arriba a tus ojos abiertos
sabes que luego me iré.
El horizonte se queda tras de mí
huérfano de amanecer.
Me trago todas las luces de los hombres
no quiero ver dónde caeré.
Soy casi libre.

Aquellos que no huyeron los arrastra entre los dedos y sus brazos de viento. Ella no ama a nadie, no teme a nadie, no quiere amanecer en el mismo lugar con las mismas luces. Despliega todos los temporales de abismos ciegos. Se cae entre su delirio de dolor y se vierte su propia alma infinita despeñando las promesas.

Caeré entre tus sueños sin romper.
Quebraré todos los lechos sin dormir.
Rasgaré todas las sábanas frías.
Ahogaré todos los gemidos fingidos.
Caeré sin piedad.