jueves, 5 de noviembre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Repartida en el día.







Los minutos, el viento, el sol, caminan incesantes.
Lo humano queda atrás, entre la noche anterior
en el cansancio y el olvido, un pasado perdedor,
Enmarañado el pasado y los sueños rutilantes.

Huele a tierra seca, como todo lo vivido antes.
Entre las huellas de otros pasos vive otro rumor,
otras vidas repartidas entre mi norte soñador.
Reparto entre los árboles, recuerdos colgantes.

Habito el día, el silencio me grita los silencios.
El día se reparte sin pensamientos en las pisadas.
Soy libre cuanto más lejos, el destino sin mecerlo.

El sol enloquece mi brújula, sin luces blancas.
Escupo en la hierba con la tos de todos los tuertos.
Alejada del mar, el viento trae luces saladas.




"Cuando todo está acomodado entre el breve equipaje y las ideas oxigenadas, todo se reparte en el día y en el entorno. Los momentos parecen engancharse entre las ramas de los árboles, el monte, el acantilado huele a pino o eucalipto, a mar o a humedad, también a lo mismo huele el tiempo. El viaje comienza renovado, los momentos tienen otras medidas y otros intervalos, las piedras, los matorrales, las flores forman parte también del olor y del tiempo que me acerca a mis luces de la noche que giran ordenadas, buscando barcos y agarrando almas."




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