Traigo todos los vientos callados.
Soy el éxodo de mi propia realidad.
Te llevo al rincón más abierto
donde las brújulas insultan al mundo
en su caminar hacia el ocaso.
Tus manos giran como el faro
gira entre la noche y tu recuerdos,
giran perdidas ante el roce
de todos mis poros de sal.
Te traigo ante mis pasos
sobre los cabos más alejados,
torcidos al abismos en busca
de la nada y de todo.
Habitas en la ternura silenciada,
entre mi voraz pasión por saberte.
Traigo todos los vientos amainados,
cuando todavía no "sabíamos"
o sí,
que eramos reales.
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