sábado, 27 de febrero de 2016

Barcos sin anclas





La bandera de tus manos ondea sobre mi ojos
el amor se proclama como el ocaso en la noche.
En las primeras estrellas mi alma sin reproche
es una casa azul de puertas sin cerrojos.

Gemidos de aquella noche, de fuegos rojos
el universo caía sobre estrellas en su derroche.
El deseo ebrio, sin el dolor de su trasnoche.
Divinidad, tu cuerpo libre en mi piel acojo.

El tiempo sopla entre nuestras manos
como el viento entre las ventanas llama.
Tu mirada habla de vacíos tan lejanos.

La vida de silencios presentes se aclama
de voces son los sonidos de lo profano.
Mi cuerpo de tu amor, es pentagrama.

lunes, 22 de febrero de 2016

Tiempos de luz



La noche cae vestida de estrellas.
El faro entre las rocas canta su oda.
Se caen los abismos al besar tu boca.
Lamentos entre las conchas huecas.

Los días como jironadas banderas, 
dentellados como rosales sin poda.
El pasado vive de palabras átonas, 
el tiempo de miedos se destierra.

Te amo en el giro de tu faro abrazado.
En la noche serena ajena de brújulas.
Como las luces son los deseos filtrados. 

Las voces del pasado rompen sus jaulas
cuando la piel reptando entre los dedos.
La noche convierte al faro en su cúpula. 





jueves, 11 de febrero de 2016

Barcos de piedra




Horizontes pétreos enfrentados al abismo.
El mar vomita fantasmas repudiados
cuando el hombre no camina en sus pasos
y la luz errante del faro parece un limbo.

Horizonte vacío de mis pasos perdido.
Todos tus años entre ecos olvidados, 
destello viajante de mi cuerpo prendido. 
Entre tus barcos de piedra habita el niño.

Descubro tus momentos en los míos.
Tu boca repta como el opio en mi piel, 
Libre de apegos pasados y del hastío.

Como el viejo faro en la noche implore, 
mis ojos llenen tus sábanas de miel.
Tus recuerdos pétreos mis besos brocen.




domingo, 7 de febrero de 2016

LAS ASIGNACIONES DE VALKIRIA. Latitudes en tu Piel.




Fragmentos. 
Capítulo Las asignaciones de Valkiria
Libro
Latitudes en tu Piel 
(2ª parte de La Galerna del Sur)


(...)
Ángela deseaba sentirse libre y para ello la vida le había enseñado que sola era la mejor manera, aunque más tarde pude contemplar que la vida no fue su escuela, ella misma decidió apartarse del mundo. La niña había sido una y otra vez retada y creció tan débil que dio a luz a una mujer más fuerte que los desfiladeros que visitaba ausente de toda humanidad. Ahora en ese camino de soledad, en esos pasos andados, en esos descansos al otro lado del camino, supo que la vida la estaba esperando. Ángela era capaz de retar al depredador más voraz que existe, el tiempo. Todavía el movimiento del mundo le deparaba algo que no buscaba, que no deseaba o al menos así pretendía que fuese. Aquella mujer me iba mostrando que luchaba contra su propia sensación de sentirse viva hacía el mundo exterior. 
(...)


(...)
La primera anotación del cuaderno de Ángela que me produjo una pena horrible. "Puedo correr a tu lado, pero mi vida no dejaría de ser una huída, pronto mis propios fantasmas me encontrarían y tendría que dejarte para siempre. Vivir a tu lado se convertiría en otro de mis fantasmas, otra infiel cobardía más".
¿Infiel a quién?, ella era divorciada, ¿cobarde, de quién huía? Ángela cada día era más  cerrada en sus miedos, no encontraba conexión real con sus limitaciones para ser feliz. Era como si huyera de alguien que quisiera hacerle daño, pero no, no se conocía persona física en ese miedo. ¿Qué temía, qué actos inconscientes la llevaron a darle presencia humana?
                                                                                                       (...)


(...)
“Quiero pegar mi espalda al faro”, Giuseppe rió emocionado y algo extrañado. Esta vez ella llegó primero, aquel faro era increíble, olía a agua salada, a mar seco, a pescado, a roca, a algas, a gatos, sonaba a olas, a mar, a rocas quebradas, a gaviotas, a viento. A penas unos metros de la propia mar salada, ahora entendía porque el viento de galerna ladraba,” la galerna habitaba en él cuando se agitaba, quería poseerlo y él ladraba,  se defendía”,
(...)

Suave gira el mundo, gira mi cuerpo suave III


(Soneto al mundo de mis faros)



Suave, en el viento del ocaso
las luces errantes del faro, suaves
giran como el mundo y sus aves.
El mundo es un giro por donde paso.

Danza suave, mi cuerpo deseoso,
el faro tiene en él todos los enclaves.
El mundo es una puerta sin llaves
de horizonte a veces no raso.

Como el faro suave mi cuerpo gira 
llora su historia sin miedos.
La vida en mis caderas delira.

Como el abismo al faro mira,
los espantos caen entre mis dedos.
Suave mi cuerpo se va y gira.





viernes, 5 de febrero de 2016

Pasos que son sueños II





Vivo cada amanecer, entre caminos 
errantes de pasos,
vagabundos de apegos y espacios.

Descanso en tu piel, amándote
instantes fugaces 
que me acercan y me alejan.

Mi cuerpo, cueva de deseo
donde te cobijas antes de partir.
Desbrozas las fronteras de mi piel, 
el deseo es el opio de tu miedo.

La ternura es una cábala
que culmina entre los sueños.