jueves, 29 de octubre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Todos mis caminos.





Las huellas de todos los caminos, me recorren
desde antes de comenzar el día, todos los lugares
donde los recuerdos como gigantes emergen.

Sorprenden al sol, traen la luz de sueños amargos,
viven en la respiración desde siempre sin ausencias.
Ruidosos entre la tierra del camino, los pasos.

Busco la luz de noches nómadas al final del día,

noches sin sonidos ni gritos sordos, errantes
como en la madrugada y su alba me guía.

Camino entre la tierra mojada y los árboles,

al lado del mar soy una niña libre, feliz.
Encerrada en mi propio silencio de voces.

Caducadas las despedidas sin conciencia.

Era feliz al despedirme, al decirte adiós.
Llegó la tarde soltando un cansancio sin guía.

Prendida en las pupilas del imaginario amor.

Buscando una luz en la noche que gira ordenada.
Termino por hoy mis pasos sola sin clamor.



"La primera jornada itinerante, discurre de un bonito modo, soltando lo que pertenece al lugar dónde inicié el viaje, con todos los sentimientos adheridos y viciados tanto de los que cohabitan conmigo, como los míos propios. Después de mediodía, vive la mujer que desea estar sola, de una descarada soledad e insultante sonrisa. Es en ese momento en el que mi viaje a pie, adquiere el mayor sentido de plenitud. Nada es bueno o malo, no existen los extremos, tan solo una sensación de pertenecer al mundo, un mundo que me hace enormemente grande y pequeña a la vez, eso al caer la tarde."

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