domingo, 25 de octubre de 2015

CUANDO TRAFALGAR SE APAGA. Todos los pasos me alejan.




Se van los pasos liberados de los puertos, 
escojo escollos romos a mi paso por el mar.
Los faros son barcos de gritos inciertos, 
anclados en puertos desde tierra y mar.
Las primeras horas y las primeras huellas, 
marcan el corazón de mis senos y el collar 
de perlas sin azar, de cuentas inconfesas.
Las luces blancas parecen gritar en la noche
navegan todos mis sueños, de ellos deseosas.
Miro siempre atrás lo que dejo, el reproche
no se adentra entre mi equipaje sencillo.
Los abismos son los recuerdos de anoche.
El faro respira a lo lejos, el eco bravío. 


"Ya una vez acomodado el alba en mis emociones, incluyéndome en el momento terrenal, recupero los motivos que me llevan a gritar en silencio junto al mar. Todo aquello que llena mis pulmones de un calor inmoral y de la más grande de las frustraciones, perder el tiempo. Aligero mi mente de todo equipaje insultante y el eco del Faro me llega desde lejos. Trafalgar dicen que brilla y retiene el norte en sus alrededores, un lugar para vivir..."






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