sábado, 17 de diciembre de 2016

Repartida entre los faros




También la vida gira errante de luces
cuando amanecen mis días apagados.
Mi cuerpo es un descarado lupanar
de culturas mansas que hieren el alma.

Camino alejada de las almas atadas
a los miedos y los deseos ufanos.
Me volqué a los abismos del viento
donde el silencio grita ausente de voces.

Mi cuerpo es un resuelto ir y venir
feliz sin almas pagadas con soledad.
Osada de felicidad, mi piel ríe 
a solas con mis propias caricias.

Me reparto entre todos los faros 
donde mis pasos hormonales viven.
Soy mujer y animal, de luces errantes.
De labios que besan sin rostros.

Habito los faroles del mar, 
salada como las sirenas, tan libre
tan libre que las voces del mundo 
son mi túnel de la muerte.

Tan ingrávida en el mundo, tan libre, 
tan libre y más libre, y más,
que soy tuya para llenarme de vida.




Faro de Lariño (Costa da Morte), uno de mis preferidos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dedicar tu tiempo a comentar este espacio abierto al mar.