En ti besé una primera vez,
mi alma despojada de recuerdos
sin cicatrices en la memoria.
Titilaban nuestros cuerpos
adolescencia dormida
sobre las raíces del tiempo.
En tu boca navegaban las luces
de todos mis faros sin abismos.
En mis labios bebiste diluidos
la derrota de tus miedos.
Mis caderas eran el vaivén
del tiempo de besar
tiempo de vivirte.
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