Desde todos los caminos,
llego desnuda de sombras.
Libre de miedos y de egos,
sonriendo como una niña.
Eterna ingenuidad,
mi cuerpo es un giro abrazado.
Besaré cada herida de tu cuerpo,
soledades retenidas.
Abraza mi piel y deja
que nuestros cuerpos
confundidos giren,
tuerzan los abismos.
Vuelca sobre mis caderas
aquello que respiro
cuando me abrazas.
Róbame todos los besos
y, sánate con ellos.
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