Y después de poner mi piedra angular,
construiré vida y sueños,
días amaneciéndome.
Entramaré mi cuerpo con tus manos,
mi boca con tus labios.
En el ángulo del tiempo
ni te espero ni me esperas,
nuestras almas caminan juntas.
Y después de poner mi piedra angular,
bailaré un tango por la vida pasada,
daré las gracias por cuanto hubo.
Arrancaré lo insano de mi piel,
la dilatada inercia del miedo.
Y después, después de todo ello.
Danzaré a la vida, la fiesta del nuevo día.
Lloraré las cicatrices nuevas.
Descalza giraré sobre la tierra,
con mis caderas, raíces de un viejo drago.
Y después cuando el mundo duerma,
se apaguen las luces,
te miraré y solo así podré ver
mi propia luz.
Para mi gran amigo Francisco, nuestras almas un día, serán una. Construiremos el faro más alto del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a comentar este espacio abierto al mar.