lunes, 4 de abril de 2016

Salvando almas y a la deriva de mi abrazo






El puerto, la sirena, la isla 
se apagaron como en la mañana
cesan las estrellas como damas.
Los faros abandonados en su girar.

Salvadas las almas como divas
destronadas de las noches mansas.
Reptan en mi cuerpo las triadas
bebiendo de tus manos arcanas.

Hombre de luz y de noche, de albas.
El ocaso es tu silencio grande,
los últimos rayos de sol podaras.

Abro mis brazos como el ave
libre cantando en tu compaña.
Tus últimas noches en mí bebieras.

Y te ríes en tu espejo,
velado de cristales.
Las almas danzan sin ropas vestidas.



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