sábado, 16 de septiembre de 2017

Destrono Occidental





Me asomo a tu boca de néctar, 
mi cuerpo es un alarido atormentado, 
galerna bretona de primicia otoñal.
Árbol milenario en forma de mujer
mis ramas se tornan ocres, 
mi vientre revienta de la nada
con las memorias dormidas.

Te recuerdo entre ruinas pétreas, 
desiertos de negro incoloro
de soledades y luces cadentes.
Entre flores silvestres y ladridos.
Con la mirada llena de sal, 
los recuerdos amargos
y la dicha de tu silencio.

Esperé por si me amaras 
enrolándote entre mis ramas
de cerezos y pies de dragos.
Mis silencios eran odas soñadas, 
delirio de cómo, cómo me amarías.
Tallé piernas a tu sirena 
caminé mientras que tú llegabas.

Pulcra de actos, antigua feminidad
mi cuerpo se renueva de emociones.
Adivinanzas ávidas 
entre los pliegues de mi vientre.
Maternidad conformada, 
como loba camino mi espacio, 
mi soledad implora tiempo.

Ahora que me amas, 
la vida es corta para ti.





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