domingo, 10 de septiembre de 2017

Mis poemas ciegos





Andan los versos atropellados 
como brazos sin tuétanos, 
anodinos lamentos pero de piedra
mi silencio.

¿Hasta cuándo quise sentirte?, 
hasta dónde llegaban tus brazos de luz.
Hasta los abismo de un amanecer 
caprichosas luces te encandilaron.

Te mecí en la distancia, entre mis versos
los delirios de mis caderas, 
lamentos de soledad callados.
Libertad desbordante de tiempo
aprendí a no tenerte.

Mi poemas ciegos de luces, 
sordos de vientos, 
caricias de piedra.

Amante espiritual de piel joven.
Mi boca canta a tu silencio. 
No te espero, mi amor, 
el mundo me espera. 
El tiempo sabe de mi cuerpo, 
instantes dulces para mí,
eternos para ti. 
La vida es corta.
Más allá el alma vive.


Dedicado al Farero de Sálvora, un icono inspirador, 
que logra de mis versos marionetas sin cuerdas. 
Gracias Julio, gran amigo.

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