viernes, 4 de marzo de 2016

En la soledad de la tempestad





Los vientos arrecian "cabalgantes" sobre el mar,
gaviotas sin volar.
La nubes tejen el cielo cubierto de auras, 
los silencios se guarecen cuando murmuras, 
llenas enjalmas.
Mi cuerpo pernocta sin sueño loco de atar.

Ebria recorro mi piel de opio al recordar, 
en tus manos amar.
Vuelo de galernas maraña de negruras, 
el espanto desata endiablado las corduras, 
el pasado y sus posturas.
Ebria de ti sueño que vago loca en el mar.

Desatan mis senos todas las tempestades. 
Mi piel se curva en su acto de entrega, 
de vendavales ciega.
Tus manos ocupan mi piel de soledades.

La noche huele a mar y a bodega.
Zarandea mi cuerpo para olvidar, 
los vientos no saben amar.
La galerna retumba de amor ciega.



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