Abrazamos las mismas luces,
tú desde el mar
yo desde tierra.
Tan cerca y tan allá.
Yo te esperé en algunos faros,
tú navegaste con el viento
a otras luces.
Tanto nos elevamos.
Dime hacía dónde navegas
correré a encenderte
los ojos del abismo.
Tantas estrellas.
Más allá del mundo,
el tiempo sopló las luces.
Y llegas, tan cerca de mi alma
tan lejos como un beso.
Puede que te hayas ido para el mundo,
pero sigues enseñándome las luces
del mismo mundo.
Tus ojos no se cerraron para mi,
amigo mío.
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