viernes, 17 de junio de 2016

La otra luz de Trafalgar






El tiempo elige un lugar donde callar, 
grita como el mar en Cabo de Roca.
Se para la tierra, engañada
cuando tus ojos por un instante
apagaron todos los azules, 
sacudió Darío sus versos añiles
como gaviotas te buscaban.

Mi alma recupera de la piel
todos los momentos vividos.
Mi cuerpo es el mapa finito,
sueños de luces errantes, 
torres del tiempo que tú encendiste.
Eras la Eclíptica de mis pasos
la latitud de mi sol.

Te repartes a la mar,
prendidos como soldados 
están los faros del mundo.
Mi soledad se ahoga
tan lejos del azul de tus ojos.
Voces y linternas, promesas
velan mi camino.



A mi gran amigo Juan Martínez Martínez. Discutimos, reímos y aprendimos a querernos, en la cercanía y en la distancia, en lo fácil y en lo complicado. Pero supimos habitar en el corazón del otro. Siempre estarás en el mío, también una parte de mí, va contigo.




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